MONA GUERRA

MONA GUERRA

Sobre el proyecto

MONA GUERRA
Madrid, 1942

Estudió en la academia de Eduardo Peña y en el es- tudio del pintor Pedro Mozos; también tomó clases de Martín Chirino y pinta bajo la dirección de Juan Manuel Díaz Caneja. La producción de Mona Guerra se centra, en pintura y dibujo, en géneros como paisajes, bodegones y retratos, con un trabajo de análisis y síntesis que se prolonga hasta el presente, y que va de lo figurativo a lo abstracto buscando la disolución entre ambas categorías. En 1961 amplía conocimientos en París, y de regreso a Madrid participa en varias exposiciones colectivas en dicha ciudad.

En 1962 gana el Premio nacional de pintura de la Dipu- tación de Toledo. En 1971 expone individualmente en el Museo de Orense, año en que se traslada permanentemente a Málaga, donde expone en salas de la ciudad y de la provincia: individuales en Caja de Ahorros de Antequera (1979), Universidad Laboral (1979), Colegio de Arquitectos y Puerto Banús (1984), y colectivas en la Sala Municipal de Exposiciones de Nerja y en la Sala de la Caja de Ahorros de Ronda en Málaga (bajo direc- ción de Alfonso Canales). En 1980 participa en muestras colectivas en Zaragoza y Torrox. En 1984 expone individualmente en la Galería Odile de Zaragoza y en la Galería Monet de Pamplona, así como en la colectiva para la XLV Exposición Nacional de Artes Plásticas de Valdepeñas. En 2003 estrena con una muestra individual en la sede de Turismo Andaluz en Málaga.

EL SUEÑO DEL MONO LOCO


‘El sueño del mono loco’ es uno que pasa aquí por una representación sencilla, al menos en apariencia. Unas cuantas líneas, unos pocos trazos, han construido un dibujo deconstruido, inspirado en una de las láminas de ‘L’Histoire Naturelle’ (1749). Si el grabado original era una representación de falso realismo, un poco a la manera del famoso rinoceronte de Durero —una sombra en la caverna platónica respecto a la realidad—, la intención aquí es ‘la contraria’. Desguazar la apariencia hasta reducirla a un esqueleto sintético que opera por equivalencias y deja un buen espacio a completar por el observador, lo que Gombrich llamó beholder’s share. La idea última es traspasar el espejismo de las apariencias y prescindir de lo ‘corpóreo’ para adentrarse en la esencia del ser humano.

Perdón, de un pariente cercano a nuestra especie.


El sueño del mono loco

2021
Carbón y acrílico sobre papel
29,7 x 21 cm