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‘EL RUMOR DE LA MONTAÑA’

Sobre el proyecto

‘EL RUMOR DE LA MONTAÑA’

Cómo es posible que una montaña llegue a poseer a un ser humano de forma tan absoluta: cómo puede generarse un vínculo de fuerza tan extraordinaria con lo que, al fin y al cabo, no es sino una mole de piedra y hielo. 

Robert Macfarlane

Hagamos una primera suposición: si el ser humano, en su rostro, tiene los ojos dispuestos a lo largo de un eje horizontal, transversalmente al eje vertical de su cara , está más cómodo en los horizontes llanos y planos; sus ojos se alienan con la horizontal de la planicie y el equilibrio se enclava en ese paralelismo geométrico.

Hagamos una segunda suposición: el ser humano en un principio, antes de los tiempos del apego al terreno, antes de la rebelión del descubrimiento de la propiedad privada, antes del cercado y del vallado, era nómada; ser nómada conlleva -al igual que el agua cuando corre suelta y libre por la tierra- buscar la planicie, el camino fácil; buscar la senda horizontal; buscar el camino sinuoso que salve, en zigzag, la dificultad de la subida.

Bajo estas dos supuestas premisas creadas al antojo, el hombre, un ser eminentemente vertical busca siempre la horizontal, por lo tanto supongamos que esquiva esta última en su deambular. Las grandes verticales de la orografía se convierten en un terreno vedado para vivir, en un obstáculo para el transitar y se abandonan en un acto secundario al  extraño placer de la observación.
De la observación se pude decir que llega otro extraño placer del ser humano, el crear. Sin observar no hay ordenación y el arte en cierto sentido casi es un ordenar sin parar.

Son numerosos los artistas que se han remitido al paisaje en sus trabajos o bien que centran su producción en el mismo. Es con el movimiento Romántico, que nace durante la primera mitad del s. XIX cuando el paisaje adquiere categoría de género. Se inicia una libertad creativa como valoración de los sentimientos y se buscará todo lo que pueda encender la imaginación, de ahí la importancia de los sentidos. El individualismo imperante favorecerá la idea de la soledad, la melancolía, la evasión o el escapismo hacia la Naturaleza.

‘El rumor de la montaña’ pretende reflexionar sobre el trabajo de estos artistas y su forma de plasmar sensaciones, emociones e ideas, en torno a la idea de paisaje y cómo cada uno de ellos se relaciona con él y lo define, generando un escenario abierto donde los asistentes podrán participar de la atmósfera creada por cada uno de ellos en sus trabajos y comprender no sólo la representación misma de las obras sino asimilar conceptos fundamentales de los trabajos de los creadores.

Javier Artero · Cristina Ataide · Javier Calleja · Juan del Junco · Manuel Franquelo · Noelia García Bandera · Eugenio Merino · Carlos Miranda · Ramón David Morales · Alba Moreno / Eva Grau · José Otero · Cristobal Quintero · Julio Sarramián. 

Lugar: Sala Fundación Cruzcampo, Málaga

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2015
ÁREA CULTURA AYUNTAMIENTO DE MÁLAGA · FUNDACIÓN CRUZCAMPO